El cambio

El cambio

«Mira Akane, lo que ha pasa-«

«¡Ranma no baka!» Con esa clara afirmación, Akane saca de ningún sitio su maza de madera que tan bien conozco y me envía a hacer un reconocimiento aéreo de Nerima. Al alejarme rozando un par de pájaros desprevenidos, la oigo gritar. «Ojalá que jamás puedas volver a practicar las artes marciales.» Eso duele. Duele mucho. Y dejo de prestar atención a donde voy a caer. Tan sólo oigo una y otra vez esas palabras de Akane. «Ojalá que jamás puedas volver a practicar las artes marciales. Ojalá… las artes marciales… jamás… jamás, JAMÁS.»

PPPPPPIIIIIIIIII.

¿PI? ¿En qué parte de ‘jamás’ hay un ‘pi’? Espera, ya he aterrizado. Oh tío, ni siquiera he sentido la caída. Espera. ¿Qué es eso? Una luz, muy brillante, amarilla, y cada vez más grande. ¿Un minero? Y cuando he entrado yo en una mina ¿eh?

PPPPIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII.

Espera un segundo. Los mineros no hacen ese ruido. Hey, creo que ya sé que es. Oh dios santo, tengo que salir de…

CCHHHHHHHIIIIIIIRRRLLLLL.

Ugn, eso, trenecito mío, me ha dolido. Uf, esto es peor que Ryôga enfadado. Al menos con él los brazos no me cuelgan así. Bueno, para arriba… eh un momento, ¿qué es esto de no levantarme? A ver… ah, el cuello si que lo muevo. A ver… au, jod-, dios como duele… vaya ya no puedo mover el cuello. Por ahí veo alguien viniendo para acá.

«¡Oh dios santo, le ha atropellado el tren! ¡Vamos, hay que ayudarle, deprisa!»

Parecen preocupados. Bueno, no hay nada que una buena siesta no arregle. Lo único que espero es que Akane no me eche la culpa de esto también, aunque los milagros no son algo que me suela ocurrir, ¿verdad Saotome?

Uf… esto ha sido una buena siesta, si señor. A ver, abriendo el ojo derecho… Vaya, no se abre. Anda, esto es curioso. Cuando me he dormido estaba sobre piedras, y ahora estoy sobre una cama. Curioso curioso. Nada nada, voy a aprovechar y dormir otro rato.

«Escucha Ranma. Yo… yo te quiero… y te querré por siempre, con todo mi corazón.»

Ummm… guau, hacía mucho que no dormía tan bien. ¡Qué leches, nunca había dormido tan bien! Pero bueno, seguro que ya es hora de la cena. Si no recuerdo mal, hoy iban a cocinar Kasumi y mamá. A ver… si ya pue-jo…pe, que resplandor… a ver, poco a poco…

¿Qué demonios…? Esto no es mi habitación. Esto… esto es… ¿un hospital? ¿Qué narices hago en un hospital? Será mejor que llame a alguien para que me saquen de aquí a la de ya.

«Mmrrmmfff.»

¿Pero qué…? Dios… un tubo… por mi boca… auugg, ¡qué arcadas que me están entrando! ¡Pero cómo se les ocurre! Ahora si que TENGO que llamar a alguien.

«Enmmfrremmga.»

Uf, si que me ha costado decir eso, y eso que casi no se entiende. Ahora entiendo como se deben sentir P-Chan y el cieguito cuando se convierten. Umm, oigo pasos. Parece que viene alguien.

«Increíble, ha despertado.» ¿A quién va a llamar con ese teléfono? «Doctor Hiroko, el paciente de la número 413 ha despertado,» ¿Y ahora a que me mira, si se puede saber? «y parece que no va a necesitar la respiración asistida por más tiempo.» Por supuesto. ¿Qué? ¿’Respiración asistida’? ¿He necesitado respiración asistida? Puede que esto haya sido más grave de lo que creía.

«Tranquilo chico, dentro de poco ya no tendrás eso ahí y podrás hablar bien, espero… Además, no va a ser una experiencia agradable, te aviso.» Gulp, esto no pinta bien. Espera, tengo que preguntarle cuanto tiempo llevo aquí.

«¿Cummmnmo tiennmno lmlmmevmmo amquimm?»

«¿Qué cuanto tiempo llevas aquí?» Sí, sí sí sí, eso mismo. «Tan sólo un par de semanas inconsciente…» ¿Se-semanas? ¿Llevo dormido varias semanas?

Dios mío. De ahora en adelante tengo que evitar ser atropellado por un tren sólo por no tener que pasar otra vez por lo del tubo de respiración asistida. ¡Qué asco, jod…! Casi me da algo.

Bueno, ahora no tengo más remedio que esperar aquí a curarme. Curioso, todavía no se que es lo que tengo mal. De cintura para arriba todo parece normal. Vamos a hacer un reconocimiento…

«Hola Ranma.» Hey, ¿quién ha dicho eso? Anda, si es Nabiki. «Hola Nabiki ¿cómo va eso?»

«Curioso que seas tú quien pregunte eso.» Me responde, claramente cansada por falta de sueño. Tiene ojeras, y su pelo no está tan arreglado como siempre. «Ya deberías conocerme Nabiki. Soy duro como una roca. Un simple tren no puede conmigo.»

Así le quito hierro al asunto… ¡Eh! ¿Qué- «¿Qué pasa?» ¡Demonios, no me responde! «¡Nabiki! ¿Qué ocurre?» Nada. Ahí sigue, sollozando. «¡Dímelo de una vez!

«Nadie te lo ha dicho, ¿no?» Su voz es apenas un susurro. Algo importante… «No. Nadie me ha dicho nada y todavía no sé que es lo que me pasa.» A ver si ya por fin consigo algunas respuestas…

«Claro que no… ¿Qué es lo que recuerdas?» No me gustan los rodeos Nabiki, deberías saberlo. «Pues… al aterrizar del golpe que Akane me había dado, el tren me atropelló. Luego intenté mover el cuello pero no pude y después unas personas se me acercaron, pero antes de verlas me dormí.» Ahí está. La verdad y nada más que la verdad.

«Se que no te gustan los rodeos Ranma, así que allá va.» Vaya, ya era hora. «Esto… esto es más difícil de lo que pensaba…» ¡Dios! Vamos de una vez, por favor. «Ranma, los médicos no creen que vayas a recuperar el uso de las extremidades inferiores.»

… ¿Cómo? El uso… de las extremidades inferiores… «¡Malditos sean, obligarme a decirte esto, pensando que no me afectaría…!» Guau Nabiki, esto es nuevo. La Reina de Hielo, ¿afectada por algo que no sea su cuenta corriente?

«Ahh, no aguanto más.» ¡Y se marcha corriendo! ¿No debería ser yo quién se derrumbe y llore desconsoladamente? Esto es increíble. Yo… espera. Oigo voces en el pasillo. A ver si puedo escuchar…

… Parece que están todos. Esos sollozos son de Sôun, claro está. Esa voz dulce es de Kasumi, por supuesto. El viejo, mamá, Cologne… ¿esa es Ukyô? Mmhh… sí, ¡y ese es el viejo pervertido! Pobres enfermeras… Shampoo, y detrás Mousse. ¡Qué raro, no le está declarando su amor eterno! Oh bueno, supongo que Akane…

«Hola Ranma.» Bueno, esto de que me sorprendan empieza a ser un mal hábito. ¡Oh, parece afectada, como si hubiera llorado! Ay Akane, odio verte con los ojos rojos y las marcas de las lágrimas, ¿acaso no te lo he demostrado ya? No, no te acerques mirándome con pena. No lo puedo aguantar. No, no.

«NOOOOO.» Dios, pero no, con miedo no, por favor. Así no, por favor. «Lo-lo siento. No quería-» «No, no hace falta que te disculpes. Al fin y al cabo, esto ha sido culpa mía.» ¿Cómo? ¿Culpa tu-? A lo mejor… a lo mejor es verdad… ¡pero no! Si yo hubiera estado más atento podría haberme apartado a tiempo. La culpa no es suya. «No seas idiota Akane. Tú no tienes la culpa.»

¡Eh! ¿Y ahora qué he dicho? ¡Oh Akane, no llores! Hey, eh- oh bueno, no es que estar así agarrado no me guste, pero como entre Shampoo o de repente llegue Ryôga me parece que iría directamente a la tumba, si no lo estoy ya… Nada, no hay que pensar en eso. «Vamos Akane, tranquila. No llores por favor. ¡Hey, se supone que soy yo el que tendría que estar llorando!»

Ah, menos mal. Así, sonríe como tanto me gusta, por favor. «Eso está mejor.» «No me puedo creer que seas tú el que me está animando.» Esos ojos marrones… ¿por qué demonios digo una y otra vez que es fea si parece un ángel con esos ojos y esa sonrisa suya? Ay… a veces ni yo me entiendo.

«Iré a avisar a los demás de que pueden entrar» No, no por favor. No me dejes aquí, quédate conmigo, por favor. Pero se marcha. Maldita sea, al final resulta que soy tan cobarde como Ryôga. Soy un tonto, y un cobarde. Una maldita mediocridad venida a más. Soy falso…

«¡Hola Ranma! Es bueno verte despierto.» ¡Oh! Shampoo, Cologne y Mousse. ¡Qué raro! Mousse parece… distraído. Mirando por la ventana se ha quedado, ni siquiera- «Hola Saotome, veo que ya te has recuperado. Me alegro.» … ¿QUÉ? Pe-pero… pero si hasta Cologne se ha sorprendido… Buf, esto si que es preocupante. ¿Dónde está ese amazona obsesivo que no ve tres en un burro? No creo que pueda aguantar muchas más sorpresas como ésta.

Vaya, por fin algo normal. «Shampoo… por favor, necesito aire.» Ah, así está mejor. ¡Pero qué raro! Aunque me ha abrazado a lo amazona, no… no sé, no era, no era tan… asfixiante. Este abrazo no ha sido tan… ¿posesivo? «Contrólate bisnieta. ¿No ves que Ranma necesita descanso?» Uyuy, algo raro pasa. ¿La vieja no me ha llamado futuro yerno? No estarían mal unas explicaciones, aunque si esto significa que las amazonas van a dejar de molestarme, yo estaré muy agradecido.

«Bien. Shampoo, Mousse, es hora de salir. El resto también querrán entrar.» Ah Cologne, la voz de la experiencia. Me pregunto cuántas veces habrá tenido que visitar a conocidos enfermos. Y a cuantos funerales habrá tenido que asistir durante toda su vida. Uf, será un número tristemente alto. Ah bueno, eso es algo que nunca sabré.

Bueno, ya se van. Mousse… estás muy raro… Ah, te despides y todo. Hala, hala buena suerte. A ver quién toca ahora. Hey, ¿ese no es…? «¡Konatsu! ¡Utchan, Ryôga, Akari! ¡Hola! Jo, ¡qué de gente!» Ah, ahí está Ucchan… aunque todavía recuerdo lo que hizo en la boda. No es que quisiera casarme allí mismo, pero… dios, creo que es hora de dejar de engañarme a mí mismo, ¿no? Bueno… Ryôga y Akari… yo creo que hacen buena pareja. Con lo que me costó juntarles. Tsk, si no hubiera utilizado el incienso aquel… bueno, lo hecho, hecho está.

«Hey Ranchan, cariño, ¿cómo estás?» Por una vez la conversación va como debería. «Esto…» ¡EH! Ryôga y Akari… ¡van cogidos de la mano! Aquí están pasando cosas muy raras. Dios, estoy empezando a dudar de si esto es real. «…eh bien. Sí, me siento bien, aunque lo de la respiración asistida… Brrr, me dan escalofríos cuando recuerdo el momento que me lo quitaron.» Ryoga… es extraño. Tiene una sonrisa en la cara y, de alguna manera, parece feliz. Pero sus ojos… no sé, parece como si estuviese… más deprimido que nunca…

«Me alegra que esté bien Ranma. Usted es muy importante para Ukyo-sama, y… es mejor que se encuentre bien.» Oh, espero que Utchan no lo haya pasado mal estas semanas que he estado fuera de combate. Pero bueno, Konatsu siempre la ha tratado muy bien… bueno, tan bien como ha podido. «Bueno, creo que es hora de que entren los demás. Recupérate pronto Ranma. Vamos Ryôga-kun…» Curioso, pero con ese vestido largo y esa coleta, Akari me recuerda a Kasumi de alguna manera. Ese Ryoga tiene suerte de haber encontrado una chica tan dedicada a la que además no le importe su maldición.

Bueno, ahora toca el plato gordo. Y ahí están. El viejo, mamá… y su katana, el señor Tendô, Kasumi, Happôsai, y Akane agarrándole para que no haga cosas raras. Me pregunto donde se habrá metido. No parece estar… «Nabiki está fuera hijo. Ha dicho que necesitaba aire fresco.» Ah, vale. A veces pienso que mi madre pudiera leerme el pensamiento. No sé…

«Es bueno verte por fin despierto Ranma. Todos hemos estado tan preocupados.» Es increíble lo dulce que puede llegar a ser Kasumi. A ver si el Dr. Tôfû vence al fin esa timidez suya y empiezan a salir en serio. Ah… ¿pero qué cosas digo? «¿Te pasa algo, Ranma, hijo mío?» Ag, ¿por qué me tengo que sonrojar ahora? Calma, calma. Tengo que pensar en otra cosa. «Hey mamá, ¿por qué llevas la katana contigo? Quiero decir, pensaba que ya…» A ver si saco algo en claro. Uy, que mala cara ha puesto… «No es por ti, hijo, sino por ese… ser que tiene agarrado Akane-chan. Trato de hacer algo… innoble, y ha tenido que aprender la lección de la forma dura. La katana le recuerda sus nuevos propósitos.» Uf, no me gustaría ser el viejo verde. Parece que la haya armado pero bien. Bueno, peor para él.

«Bueno hijo, nosotros nos vamos, pero mi hijita se quedará aquí a velar por ti, como es su deber.» Uf Sôun, parece que nunca aprenderás. Ahora es cuando Akane grita… cuando Akane grita… ¿Eh? ¿Qué pasa? ¿Por qué me mira con esa sonrisa…? Uf, ¡qué guapa es…! ¡EH! No, esto no es así. «Adiós. Hasta luego… Tranquila Kasumi, estaré bien… Hasta mañana.» Y no le importa. Ni siquiera está roja.

«Bueno, por fin solos. Pensaba que nunca se iban a ir.» ¿CÓMO? Ayayay… Me va a dar algo como siga mirándome de esa manera. «Yo-yo… yo no, no sé que pasa. ¿Estás-estás bien?» Es que todo es tan ex- ¡Oh no! Ya la he entristecido otra vez. «Venga Akane, yo no quería… quiero decir, ¿qué he dicho?» «No, nada. Es que todavía… pero no claro, tú has estado ahí inconsciente, así que es lo normal. No me habrás oído.» Por supuesto que no… Espera creo que… «Entonces te lo diré otra vez. He aprendido a no tener reparos sobre esto.» ¿Qué? ¿Qué va a decir?

«Te amo Ranma Saotome. Te amo con todo mi corazón y todo mi ser.»

¡Oh Dios mío!

1 Comments

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.